Este modelo de negocio basado en el consumo masivo se sustenta en la precariedad laboral y la evasión de impuestos, multiplica los riesgos laborales y arrasa con los derechos laborales y sociales.
Supone un abuso de competencia y un golpe mortal para el comercio tradicional e infringe un daño ecológico enorme por la brutal explotación de recursos y generación de residuos.
Es necesario tomar conciencia de esta realidad y desarrollar políticas regulen la actividad laboral de las plataformas digitales, pongan freno a los monopolios digitales, protejan el medio ambiente y garanticen el reparto justo de la riqueza.