Valencia, 18 de noviembre de 2005
LA MODIFICACIÓN DE LA ORDEN DE 23-11-04 PODRÍA FACILITAR LA ADQUISICIÓN DE TIERRAS Y LA CONCESIÓN DE AYUDAS PARA PLANES DE MEJORA A UNA PRIMERA INSTALACIÓN
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA-PV, presentará una solicitud a la Conselleria de Agricultura de modificación de la Orden 32-11-04 para que los jóvenes puedan adquirir tierras de cultivo. La UPA-PV ha constatado que los precios de la tierra son difícilmente accesibles, ya que amplias zonas, en una franja de 30 km desde la costa al interior, están sufriendo los efectos de una urbanización agresiva y, a la vez, las posibles primeras instalaciones no pueden beneficiarse de ayudas en el caso de ser superficies pequeñas, inferiores a 2 UTAS (Unidades de Trabajo Agrario), que suelen ser las adquiridas por los nuevos profesionales.
UPA-PV considera que esta orden clasifica a los agricultores y ganaderos en dos tipos, de primera y de segunda, beneficiando a los primeros a los que tienen más de dos UTAS y, condiciona las ayudas y los planes de mejora simultáneos para una primera instalación a que la dimensión sea superior a dos UTAS. Por todo ello, UPA-PV considera que se debe rectificar esta orden en sintonía con el RD 613/2001.
Estas dificultades en la adquisición de tierra, pueden plasmarse en un ejemplo: una parcela de una hectárea puede producir entre 2.500 y 3.000 arrobas de naranja y/o clementinas, con unos beneficios, si no hay problemas coyunturales, de 7.000 a 8.000 euros, mientras que la venta de esa misma parcela con intereses urbanísticos podría alcanzar un precio de entre 216.000 y 432.000 euros. Es decir, que un agricultor con la posible venta de su parcela para urbanizar, con la subsiguiente pérdida de tierra cultivable, puede obtener el mismo beneficio que el logrado en 54 años de labor agrícola, con lo que la posible codicia por unos beneficios inmediatos puede inclinar al agricultor a salir de la estructura productiva agraria, sin que se pueda producir un relevo por otro agricultor que jamás podrá competir con esos precios.
Estas situaciones provocan dificultad de adquirir explotaciones para instalarse que, junto con las dificultades de ayudas para la instalación, hacen inviable la incorporación de jóvenes agricultores y, a la vez demuestran a todas luces, que las subvenciones que se dan para las explotaciones son muy pequeñas respecto a las necesidades reales de los agricultores y ganaderos de la Comunidad Valenciana.