24 de mayo de 2006

La economía va bien pero para seguir asíLa economía española va bien (crece más que la de la zona euro y a un ritmo estable, situándose la tasa interanual en el 3,5%) pero puede dejar de ir bien si no cambia nuestro modelo productivo. Dependemos mucho del exterior, nuestra economía se basa de forma excesiva en actividades como la construcción y los servicios y nuestras empresas están perdiendo competitividad. Además, las escasas ganancias de productividad en algunos sectores se consiguen a costa de destruir empleo (esto ha ocurrido en el sector agrícola e industrial).

Por todo ello, es necesario un modelo económico más equilibrado y fuerte. El “Acuerdo para la mejora del crecimiento y el empleo”, suscrito en mayo por los agentes sociales, es una pieza fundamental para impulsar este nuevo modelo de crecimiento que debe conjugar más y mejor empleo con competitividad, incremento de productividad y cohesión social.

Los datos sobre Contabilidad Nacional referidos al primer trimestre del año 2006 muestran que la economía española ha estabilizado su crecimiento a una tasa del 3,5% interanual, la misma que viene registrando desde el tercer trimestre de 2005. Este dato corrobora la fortaleza de la economía española y su mayor dinamismo respecto a la economía de la zona euro.

Por lo que respecta a los factores del crecimiento los datos publicados hoy por el INE, lejos de mostrar indicios de cambio notables en el patrón de crecimiento económico de nuestro país, vuelven a corroborar un trimestre más la persistencia de fuertes desequilibrios estructurales en nuestra economía.

El crecimiento del Producto Interior Bruto español continúa fundamentándose en la demanda interna que ha estabilizado su contribución al PIB en 5 puntos, el mismo nivel que en el IV trimestre de 2005. La estabilización de la demanda interna se ha producido como consecuencia de que la práctica totalidad de sus componentes han afianzado su crecimiento en los mismo niveles registrados durante el último trimestre de 2005 (el gasto en consumo final de los hogares mantiene el dinamismo mostrado durante el último trimestre de 2005, repitiendo tasa de crecimiento interanual a un nivel del 4%). Desde la perspectiva de la demanda, el dato menos favorable ha sido la evolución mostrada por la formación bruta de capital fijo que ha desacelerado su crecimiento en 6 décimas respecto al último trimestre de 2005, como consecuencia de la desaceleración mostrada por la inversión en bienes de equipo (8,3% de tasa de crecimiento interanual en el primer trimestre de 2006 frente a 9,1% alcanzado en el cuarto trimestre de 2005). Esta ralentización de la inversión puede influir negativamente sobre la capacidad productiva de nuestra economía a medio plazo.

Por lo que respecta a la situación del sector exterior, un trimestre más la demanda externa vuelve a enviar señales inequívocas de la pérdida de competitividad de nuestra economía. Efectivamente, la demanda externa continúa lastrando el crecimiento de la economía española, manteniendo su contribución negativa en 1,5 puntos (el mismo nivel que en el último trimestre de 2005). En este sentido, el dato menos desfavorable ha sido la aceleración en el crecimiento de las exportaciones españolas durante el primer trimestre de 2006, que de una tasa de crecimiento interanual del 1,9% durante el último trimestre de 2005, han pasado a un registro 9,1% durante el primer trimestre del año en curso. Es decir, han registrado una ganancia, en términos de aceleración de su crecimiento de 7,2 puntos. No obstante, la mejora registrada en el comportamiento de nuestras exportaciones no ha sido suficiente para compensar el crecimiento acelerado experimentado por las importaciones que desde el 6,6% de crecimiento interanual mostrado en el cuarto trimestre de 2005, han pasado a un nivel del 12,4% en el primer trimestre de 2006. Esta situación deficitaria de nuestro sector exterior evidencia, una vez más, la insuficiencia de la producción nacional para abastecer a la demanda interna y, en consecuencia, la creciente dependencia, en términos de capacidad productiva de nuestra economía respecto de la producción exterior.

Por lo que respecta a la oferta durante el primer trimestre de 2006 se ha producido una mejora generalizada en cuanto a la composición sectorial de la actividad, destacando durante este primer trimestre del año la aceleración de las actividades industriales (2% frente a 1,1% del año anterior). Las actividades de servicios han mostrado una ligera ralentización debido principalmente a la desaceleración del crecimiento observada en los servicios de mercado (3,7% frente a 4,1% del año anterior).

El crecimiento del empleo se mantiene estable a una tasa de crecimiento interanual de un 3,2%, la misma que viene registrando desde el segundo trimestre del 2005. En cuanto a la variación del empleo por ramas de actividad, durante el primer trimestre de 2006 se ha destruido empleo en las ramas primarias e industriales y se ha desacelerado el ritmo de creación de empleo en la construcción (7,6% frente a 9% del año anterior), aunque sigue siendo la rama de actividad económica con mayor capacidad de creación de empleo.

Por lo que respecta a la productividad , se ha mantenido el pobre registro alcanzado durante el último trimestre de 2005 de un 0,3% para el total de la economía. En este sentido, es especialmente destacable el hecho de que las ganancias de productividad observadas en las ramas primarias e industriales (del 1,3% y 2,1% respectivamente) han sido debidas a la destrucción de empleo registrada en dichos sectores (-1,1% en agricultura y pesca y –0,1% en la industria) y no a los aumentos de la producción, lo que viene a evidenciar la necesidad de un cambio inminente en nuestro sistema productivo.

En conclusión, la economía española, a pesar de mostrar un fuerte dinamismo económico, vuelve a evidenciar signos de debilidad estructural. La negativa situación del sector exterior, la excesiva dependencia productiva de las actividades de construcción y servicios y las pingües ganancias de productividad conseguidas a costa de destruir empleo en algunos sectores de actividad, reclama un cambio urgente del modelo productivo.

El Acuerdo para la mejora del crecimiento y el empleo, suscrito por los agentes sociales el pasado 9 de mayo, debe ser una pieza fundamental para impulsar un modelo de crecimiento económico que conjugue competitividad, incremento de la productividad y cohesión social. Todo ello con un mayor y una mejor calidad en el empleo.